El huevo de los cien años


Aunque en China sea un manjar muy codiciado “El Huevo de los Cien Años” también conocidos como los “Huevos del siglo” o “Huevos de Mil Años”, esta delicatessen de la cocina china se sirve cruda como aperitivo o como acompañamiento en sopas y ensaladas.



Para su elaboración se emplean los huevos de gallina, pata o codorniz, y pasados varios días o meses de tratamiento (dependiendo del método empleado), la yema toma un color verde oscuro de consistencia cremosa, mientras que la clara adopta un color marrón oscuro, con una textura parecida a la gelatina y de escaso sabor.

El método más antiguo implicaba enterrar los huevos en un barro hecho con arcilla y agua que, al secarse, los conservaba para los tiempos de escasez.

En el método moderno, menos extendido que el anterior, los huevos se envuelven en plástico y se sumergen en una mezcla de salmuera y sosa cáustica durante diez días. Posteriormente se sacan de esa solución y se dejan secar de forma natural.

El consumo regular de este tipo de huevos (dos o tres al día) se ha revelado beneficioso para quienes sufren de tensión alta o enfermedades coronarias al hacer que desciendan los niveles de LBD o Colesterol malo, estimula el apetito, aguza la vista y protege al hígado.







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